lunes, 3 de enero de 2011

“TRAGICO DESTINO”

Es tan triste la mañana, ya no puedo yo vivir.

Te fuiste de mi lado, aún cuando no te conocí.

Ya no podré mirar tus ojos bellos color cielo;

Ni podré desear tus labios rojo carmesí.

Decidiste ya cruzar, el largo cielo.

No lo puedo entender, y quizás nunca lo haré.

Si al menos yo te hubiera conocido.

Si al menos hubiera tocado tu piel;

O mirado esos ojos que me llenan de pasión, pero nada sucedió.

Todo un sueño se desvaneció.

Y ahora lloro aquí, por no haber estado a tu lado;

Por no haberte socorrido.

Por no estar cuando me necesitabas.

Por no brindarte yo mi ayuda,

Y cambiar este destino, trágico destino.

Los caminos de la vida, nadie los conoce bien

Y dan mil giros, en el cielo que esta allí esperando.

Me pregunto ¿por qué? una y otra vez.

Pero nadie me contesta o no quiero escuchar,

Ya no sé mi DIOS como será;

Porque te llevas a tu lado, las luces de este mundo,

Que ya va quedando a oscuras.

Dime DIOS ¿por qué?. Dime DIOS ¿por qué?...

Quisiera con mi vida terminar y volar junto a ti, habitar en

una estrella.

Abrazarnos por diez siglos, besarnos por cien mil y amarnos

por doscientos mil.

Ya no importa nada más, ya no podremos morir.

Por favor te lo pido, llévame junto a ti. Ya no puedo estar sin ti.

Quítame hoy la vida, y llévame junto a ti.

O dame el valor, para imitar tu camino.

Y crear otra vez el destino, trágico destino.

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“CAMINAR EN SILENCIO”

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Ojos negros, cabello pícaro;

rulos que saltan, ¿o solo harán su magia?.

Eres algo indescifrable o algo increíble.

Tus labios son sedientos,

como el cielo de invierno.

Tu nariz en punta juega con el viento.

Mientras tus pómulos caídos,

respiran su último aliento.

Orejas pequeñas que solo oyen su conciencia.

Cejas pardas; cubiertas en tierra,

"no cubran su alma y dejen que ella vea".

Un cuello renegrido, asoma al viento.

Y algo casi extinto supone en tu pecho.

Esos brazos esbeltos,

lograron burlar al tiempo;

Aquel que permanecería ausente,

si no fuese por tus dedos, tus manos,

que no supieron como hacerlo.

Piernas largas y firmes,

parecen un quebracho en el desierto.

Pies ligeros, ágiles y tan pequeños,

que a un duende dejan lejos.

Un sobretodo viejo cobija tu cuerpo.

Al tiempo que paseas un pantalón negro,

un suéter hilado, y una camisa de tiento;

Que buscan hacer juego con el costal overo;

Ese que guarda tantos recuerdos,

como los años del cielo.

El brillo de tus ojos,

dice demasiados momentos,

pero la razón por que te perdiste,

es prima del misterio.

Tu caminar no es vacilante,

pero tu actuar se asemeja a un sueño.

Si solo desentrañaras tus secretos,

podría comprender…

¿Por qué vives tu mundo y no el nuestro?

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